Cuando nuestra primera hija fue bautizada y prometimos criarla en la fe, mi esposa y yo descubrimos un nuevo desafío: no solo necesitábamos practicar la fe, sino transmitirla. 

Seguir a Jesús requiere que mostremos una expresión concreta del amor que comparte con nosotros a aquellos que Dios ha puesto bajo nuestro cuidado. Jesús nos muestra el camino por medio de su instrucción a San Pedro.

Como concluye el Evangelio de Juan (Juan, 21), Pedro se siente inseguro acerca de su relación con Jesús. Tiene vergüenza por haber negado a Jesús tres veces cuando estuvo en el juicio. Jesús resuelve esto llamando a Pedro a un lado y preguntándole tres veces: “¿Me amas?”. Tres negaciones se reconcilian con tres afirmaciones. Notablemente, cada vez que Pedro dice “Sí”, Jesús le dice una variación de la frase “apacienta mis ovejas”. 

Edificada sobre la orden que Jesús dio a Pedro, la Iglesia equipa a cada seguidor de Jesús para el ministerio, lo cual es un modo concreto de expresar el amor a Dios por medio del servicio en la tierra. El servicio fiel a los demás nos brinda la oportunidad de encontrar al Espíritu Santo y de profundizar en nuestra relación con Dios. 

Esto sucede por medio de varios tipos de formación: humana, espiritual, intelectual y pastoral. 

• La formación humana, o crecer en madurez, nos da una conciencia saludable de nuestros dones, limitaciones y apegos para que nuestro servicio sea desinteresado. Necesitamos la ayuda de amigos honestos, de una familia fuerte y de un buen confesor para desarrollar virtudes humanas —la sabiduría, justicia, coraje y autocontrol— para orientar y dar un fundamento a nuestro trabajo.

• La formación espiritual orienta nuestras vidas de acuerdo con la palabra de Dios y basa nuestro servicio en nuestra relación con la Trinidad. Pedro necesitaba un encuentro más profundo con Jesús antes de ser enviado a la misión. Y nosotros también. Conozca más en la sección de Enriquezca su fe en el sitio web de la arquidiócesis, archseattle.org. 

• La formación intelectual nos permite conocer y comunicar la fe. Los padres cuyos niños de seis años les preguntan: “¿Cómo es que ese trocito de pan es el Cuerpo de Cristo?” comprenden que explicar nuestra fe requiere un respeto por la inteligencia de aquellos a quienes servimos. Los padres pueden encontrar recursos en athomewithfaith.org; los que estén interesados en enseñar en sus parroquias pueden visitar la sección Enseña la fe de archseattle.org. 

• La formación pastoral brinda una base de conocimiento, actitudes y habilidades que se necesitan para servir en las parroquias. Si usted se siente llamado a servir, contacte con sus líderes parroquiales para saber en qué se necesita ayuda. Fíjese en la sección de Formación en el Ministerio Laico de archseattle.org para encontrar recursos. Para los que se sienten maduros en su servicio y que Dios tal vez les esté llamando a servir como profesional en la Iglesia, el Arzobispo Etienne está lanzando un nuevo programa de formación para ministros eclesiales laicos. Envíeme su email para conocer más. 

Como hizo Pedro, Jesús llama a cada uno de nosotros y nos pregunta: “¿Me amas?” y nos manda “Cuida de mis ovejas”. ¿Cómo responderemos?

El Diácono Eric Paige es el Director para el Matrimonio, la Vida familiar y Formación en la Arquidiócesis de Seattle. Pueden contactarle en: [email protected].