“Las ven en las películas, disfrazadas”, comentó la hermana Chero Chuma de Bellevue, de San José de la Paz. “La mayoría de ellos tienen la idea de que las hermanas son viejas y blancas”, agregó.

Por eso, cuando conocen a la hermana Chero, una milenaria de Kenia que tiene acento, se viste con sencillez y lleva el pelo con naturalidad, “siempre surgen conversaciones interesantes”, manifestó.

La Hermana Chero recorre la Arquidiócesis de Seattle hablando sobre las vocaciones a la vida religiosa, comenzando casi siempre con las nociones más básicas.

“Con las muchachas más jóvenes, realmente se trata de plantar las semillas, presentarles a una hermana y la idea de las vocaciones”, explicó la Hermana Chero, directora para las vocaciones de su congregación en Estados Unidos.

La Hermana Chero, junto con la Hermana benedictina Paz Vital, del Priorato de San Plácido en Lacey, han estado promoviendo el conocimiento de la vida religiosa tanto en sus comunidades como ante los representantes regionales de la Conferencia Nacional de Vocaciones Religiosas.

Su trabajo es “más importante que nunca debido a la necesidad de amplificar la visibilidad y la vitalidad de la vida religiosa”, enfatizó la Hermana Chero. “La realidad es que solo somos unas pocas las que estamos en el ministerio activo, y las jóvenes no tienen acceso a hacer preguntas fácilmente o a ver cómo y qué significa ser una [mujer] religiosa”.

Algunas personas, expresó la Hermana Paz, “ni siquiera imaginan la posibilidad de ofrecer su vida totalmente a Dios (porque) por lo general la sociedad y los medios de comunicación promueven una vida de consumismo (como) el camino a la felicidad”.

En el último año, las iniciativas de las hermanas han incluido visitas a escuelas secundarias, una escuela primaria, la Universidad de San Martín, parroquias, noches de adoración, retiros y reuniones de jóvenes y adultos jóvenes en toda la arquidiócesis, así como también su participación en la Convención de Jóvenes Católicos el otoño pasado y el Encuentro de Escuelas Intermedias (Middle Schools) en marzo.

La Hermana Chero ha establecido una colaboración con el ministerio para las vocaciones y el ministerio con jóvenes y adultos jóvenes de la arquidiócesis, mientras que la Hermana Paz se dedica a dar charlas sobre las vocaciones como parte de un grupo que incluye a un monje de la Abadía de San Martín y a un diácono y su esposa. El priorato también invita a los becarios benedictinos de la Universidad de San Martín a la Misa, la convivencia y la conversación. “Estamos haciendo que vengan y vean”, manifestó la Hermana Paz.

En los eventos, las personas visitan la mesa dedicada a las vocaciones y recogen folletos, tarjetas con una oración por las vocaciones y recursos de la conferencia vocacional, relató la Hermana Chero.

Cuando las muchachas se detienen a conversar, “se crea un momento para responder a una pregunta sencilla y compartir una nueva comprensión de la vocación religiosa y cómo se puede aprender más sobre ella”, agregó. “Conocer a jóvenes curiosas y a personas que desean conocer más sobre las vocaciones religiosas es vivificante y alentador”.

La Hermana Chero comentó que, en los eventos parroquiales, ha tenido la oportunidad de “recordar a los padres y abuelos que inviten activa e intencionalmente a los jóvenes a considerar una vocación religiosa”. También ha transmitido ese mensaje a los sacerdotes de la arquidiócesis, animándolos a hablar sobre las vocaciones desde el púlpito y cuando interactúan con jóvenes adultos.

Discernimiento de la llamada a la vida religiosa

La Hermana Chero relató que no pensó en convertirse en religiosa hasta que llegó a los Estados Unidos para continuar sus estudios en una carrera relacionada al cuidado de la salud.

“Mientras completaba mi s estudios en la carrera de enfermería y experimentaba la vida amorosa, quedó claro que la vida matrimonial no era la forma en que quería vivir mi llamado bautismal”, confesó en la edición de agosto/septiembre de 2022 de Northwest Catholic.

A través de la oración y la guía de un director espiritual, “me encontré con las Hermanas de San José de la Paz en línea”, explicó. “¡Leer sobre su carisma de paz a través de la justicia y luego conocer a las hermanas selló el trato!” Profesó los votos perpetuos en el 2012.

La Hermana Paz, quien creció en la Ciudad de México, expreso que sintió el llamado a la vida religiosa “toda mi vida”, pero siguió una carrera en investigación biomédica. “Esta llamada nunca pasó. Dios nunca se rindió”, agregó. Más tarde ingresó a una comunidad benedictina en el Medio Oeste de los Estados Unidos, donde pasó cinco años. A través de un grupo de hermanas benedictinas en línea, encontró la comunidad de San Plácido, conoció a una de las hermanas y se trasladó al priorato en 2020; Su profesión de votos perpetuos podría ocurrir en 2025.

La Hermana Paz dice que ser religiosa es una vida más sencilla y “con menos necesidades”. “Vivir la vida religiosa en comunidad me ayuda a ver... de qué se trata realmente la vida”, manifestó.

¿Qué hace una hermana religiosa todo el día?

Cuando la Hermana Paz habla a los jóvenes sobre las vocaciones, lo primero que quieren saber es: ¿Qué hace una hermana todo el día?

“Algunas personas piensan que las hermanas no hacen nada” aparte de rezar, relató la Hermana Paz, que vive con otras 13 hermanas en la comunidad semi-enclaustrada de San Plácido.

La mayoría de las hermanas son directoras espirituales, pero dos enseñan en la cercana Universidad de San Martín, un hecho que sorprende a algunos de los jóvenes, expresó la Hermana Paz, directora espiritual que tiene una maestría en teología con especialización en el ministerio hispano.

Dependiendo de los carismas de sus congregaciones, las hermanas pueden trabajar en una amplia variedad de ministerios, como la enseñanza, la defensa de la justicia social, el cuidado de la salud, el servicio social a los pobres y vulnerables, el ministerio parroquial y la vida contemplativa.

Además de su trabajo como directora para las vocaciones, la Hermana Chero es psiquiatra de guardia en el Centro de Soluciones de Crisis en Seattle. Tiene un doctorado en Práctica de Enfermería de la Universidad de Washington y una doble licenciatura en enfermería y teología y estudios religiosos de la Universidad de Seattle.

Conocer a los jóvenes brinda la oportunidad de abordar preguntas básicas sobre la vida típica de una religiosa, manifestó la Hermana Chero, así como explicar las diferencias entre las congregaciones de hermanas que usan hábitos o velos y las que, como la suya, se visten con sencillez. Como hermana de San José de la Paz, la Hermana Chero también lleva la distintiva “cruz de la paz” de su congregación.

Al asistir a las Noches de Adoración de PNW organizadas por la arquidiócesis en diferentes parroquias, la Hermana Chero se ha quedado “asombrada” por la fe expresada por los jóvenes y los jóvenes adultos. “Algunos han compartido conmigo cómo las devociones como la adoración eucarística son clave para volver a centrarlos y ayudarlos a enfocarse en su fe católica”, expresó.

La Hermana Chero y la Hermana Paz explicaron que su trabajo consiste en acompañar a los jóvenes, ayudándoles a discernir cualquier vocación a la que estén llamados.

“Mi objetivo”, manifestó la Hermana Chero, “es encontrar a personas de las generaciones Z y Alfa donde se encuentran, plantar activamente la semilla de la vocación a la vida religiosa y a nuestro carisma, construir y nutrir relaciones, y orar por estos encuentros mientras Dios aumenta la curiosidad, los deseos y el anhelo de los jóvenes por lo que significa elegir una vocación”.

“Al final”, agregó, “realmente es el Espíritu Santo... quién hace el trabajo. Yo solo soy un instrumento”.


Explora la vida religiosa

Para obtener más información sobre la vida como religiosa, contacta con:

  1. San José de la Paz, Hermana Chero Chuma en: [email protected]
  2. Hermana benedictina Paz Vital, en: [email protected]

O visite archseattle.org/sisters.

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