Cada 25 años, la Iglesia se regocija. El Papa abre las Puertas Santas de las cuatro basílicas mayores en la Ciudad Eterna y los obispos hacen lo propio en sus diócesis, para que, al cruzarlas, los peregrinos reciban gracias especiales e indulgencias de parte de nuestro Padre Dios. Llamamos a estas celebraciones “Jubileos Ordinarios”, convocados por los papas mediante una bula en la que los católicos somos exhortados a vivir el año de gracia poniendo atención en un aspecto especial de nuestra fe.

Este será el segundo jubileo proclamado por el Papa Francisco. El jubileo extraordinario de 2015 a 2016 estuvo dedicado a la Misericordia, un tema que ha servido como hilo conductor en su pontificado. El de 2025 será un jubileo especial: Celebraremos 1700 años del Concilio de Nicea, del cual surgió el Credo de Nicea con el cual proclamamos nuestra fe.

El Jubileo iniciará el 24 de diciembre, cuando el Papa abra la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Francisco ha ordenado que el 29 de diciembre los obispos abran las puertas santas de sus diócesis. El Año Santo concluirá el 6 de enero de 2026.

Para el Jubileo Ordinario de 2025, el Santo Padre quiere que centremos nuestra atención en la esperanza, que tantas veces pareciera que la humanidad ha perdido. Así nos lo ha hecho saber en su bula Spes non confundit, “la esperanza no defrauda”, con la cual convoca a la Iglesia a la celebración del próximo año santo.

La celebración de los jubileos hunde sus raíces en la tradición hebrea del yobel, un tiempo especial dedicado al perdón y a la reconciliación. De ahí que cada 25 años se dispensen innumerables indulgencias para quienes dispongan su corazón y peregrinen hacia las puertas santas. Esta práctica es muy significativa, pues nos recuerda que “nuestra vida cristiana es un camino, que también necesita momentos fuertes para alimentar y robustecer la esperanza, compañera insustituible que permite vislumbrar la meta: el encuentro con el Señor Jesús” (Spes non confundit, núm. 5).

Tan importante será el Jubileo, que el Papa ha querido que este 2024 nos preparemos en ardiente oración. Así, declaró que este sea el Año de la Oración. El Papa quiere que este año no dejemos de orar a Dios, en preparación al Jubileo, de cuatro formas muy concretas: adoración, alabanza y agradecimiento, intercesión y súplica.

Es muy importante que todos, unidos como Iglesia, nos preparemos en oración para poder celebrar el Jubileo Ordinario de 2025 llenos de esperanza. El Dicasterio para la Evangelización publicó el subsidio Enséñanos a orar con este propósito. Se trata de una guía que nos indica cómo vivir este Año de la Oración en las parroquias, en las comunidades religiosas, en los grupos de catecismo y en las familias, a quienes pide, por ejemplo, rezar juntas las Laudes de la Liturgia de las Horas todos los domingos. El subsidio Enséñanos a orar puede descargarse del sitio www.iubilaeum2025.va.

¡Apasiónate por nuestra fe!

Northwest Catholic — Agosto/Septiembre 2024